Aunque pueda parecernos increíble ahora, hubo un tiempo en España en el que el matrimonio entre personas del mismo sexo era impensable. La aprobación de la Ley que permitió este tipo de matrimonio (y, por lo tanto, también el divorcio para parejas homosexuales) enfrentó varias resistencias en nuestro país, aunque con el tiempo estas han ido disminuyendo en todas las corrientes ideológicas.
Este hecho es una clara evidencia de que, en ocasiones, la legislación debe adelantarse a la opinión pública (o, al menos, a parte de ella) y establecer el marco legal necesario para asegurar la igualdad de derechos.
En este artículo, vamos a repasar la evolución del matrimonio homosexual en España y a abordar una pregunta fundamental en el ámbito del Derecho de Familia: ¿Existen diferencias entre el divorcio homosexual y el heterosexual?
Legalización del Matrimonio Homosexual en España
La aprobación de la Ley 13/2005 marcó un punto de inflexión en la historia legal española. Esto nos convirtió en el tercer país del mundo en contar con igualdad de derechos en esta área, incluyendo la adopción conjunta, herencia y pensión. Los primeros fueron Países Bajos y Bélgica.
Sin embargo, el caso de España fue más allá en el reconocimiento de derechos, consagrando con toda claridad que “el matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo.”
La Ley también deja claro que “las disposiciones legales y reglamentarias que contengan alguna referencia al matrimonio se entenderán aplicables con independencia del sexo de sus integrantes.”
En aquel momento, el apoyo social a esta medida era relativamente amplio: un 66% de los españoles se mostraba a favor del matrimonio homosexual. Se trató, por tanto, de una medida un tanto polémica que generó manifestaciones y movilizaciones en contra durante su tramitación parlamentaria. Uno de los puntos de debate fue el uso del término ‘matrimonio’, que algunos ciudadanos deseaban reservar en exclusiva a la unión entre hombre y mujer. Los partidarios de la norma, sin embargo, defendieron una igualdad a todos los niveles que debía incluir tanto el concepto como todos los derechos que trae de la mano. La posibilidad de adoptar menores fue otro de los puntos de fricción para el sector más conservador, y parte de la ciudadanía se mostró a favor del matrimonio, pero no de la posibilidad de adoptar.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que ya hubo pasos previos a esta ley a nivel autonómico: en la década de los 90, algunas comunidades autónomas ya contaban con normas propias sobre parejas de hecho (la competencia exclusiva para regular las formas de matrimonio corresponde al Estado), permitiendo a personas del mismo sexo acogerse a este tipo de unión, obteniendo algunos beneficios administrativos. El primer caso fue el de Cataluña (1998).
Divorcio Homosexual vs. Divorcio Heterosexual: ¿Existe alguna diferencia?
Cuando hablamos de divorcio en parejas homosexuales, es importante comprender que la legislación española no establece distinciones basadas en la orientación sexual. En otras palabras, la diferencia entre un divorcio homosexual y uno heterosexual es principalmente semántica, ya que, en términos legales, las reglas y procedimientos son los mismos para todas las parejas, independientemente de su composición.
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¿Qué ocurre con los hijos habidos en un matrimonio homosexual?
En diversos casos, el matrimonio entre personas del mismo sexo puede llegar a su término mediante el divorcio, ya sea sin hijos o con descendencia. En situaciones sin hijos, el proceso se centra en la liquidación del régimen económico matrimonial, como los bienes adquiridos durante el matrimonio o la disolución de préstamos hipotecarios previamente contraídos.
Cuando hay hijos en la ecuación, lo recomendable es redactar un Convenio Regulador, acordado por ambas partes y posteriormente ratificado ante un juez. Esto implica iniciar un proceso de divorcio de mutuo acuerdo, en el cual el juez convocará a ambas partes para ratificar el Convenio en el Juzgado correspondiente al último domicilio conyugal. En caso de menores, este convenio debe ser previamente aprobado por el Ministerio Fiscal, y la sentencia final del juez reflejará los términos acordados. Este convenio aborda temas fundamentales como la custodia de los hijos, la pensión alimenticia, la distribución de vacaciones escolares y la liquidación de gastos económicos, entre otros aspectos, siendo el proceso y las implicaciones legales idénticas a las del matrimonio heterosexual.
En el caso de no llegar a un acuerdo para el divorcio de mutuo acuerdo, se recurre a la vía contenciosa, que implica un juicio en el que el juez dictará una sentencia considerada justa para los intereses en conflicto, especialmente en lo referente a los menores.
La ley 13/2005 estableció el principio de igualdad efectiva entre ciudadanos al equiparar el matrimonio homosexual al heterosexual, garantizando los mismos derechos y regulaciones legales, incluidas las consecuencias del divorcio o la disolución de la convivencia.
Una reciente línea jurisprudencial, establecida por el Tribunal Supremo en 2013, ha sido pionera al otorgar la custodia compartida a una pareja de lesbianas con tres hijos durante su proceso de divorcio. Esta sentencia reconoce el derecho de filiación de una lesbiana, divorciada previamente de su pareja, a pesar de no ser la madre biológica de sus hijos. El fallo destaca que, en casos de parejas homosexuales, no es necesario recurrir al Registro Civil para establecer la filiación, sino que basta con la voluntad y el consentimiento de las partes para concebir un hijo, como se refleja en el consentimiento informado al iniciar un tratamiento de reproducción asistida. Por lo tanto, tanto para matrimonios homosexuales como heterosexuales, prevalece la voluntad de las partes sobre el origen biológico del hijo por nacer para determinar la filiación legal.
Aspectos a Considerar en el Divorcio
Al enfrentarse a un divorcio, tanto las parejas homosexuales como las heterosexuales deben abordar los mismos aspectos legales y financieros. Estos incluyen:
- La custodia y visitas de los hijos: Si la pareja tiene hijos, la custodia y el régimen de visitas son aspectos cruciales a considerar. En un divorcio homosexual, la ley no establece preferencia por ninguno de los padres basándose en su orientación sexual. En cambio, se prioriza el bienestar del menor, y la decisión se toma teniendo en cuenta el interés superior del niño, evaluando factores como la capacidad de cada padre para cuidar y criar al hijo, el entorno familiar y el vínculo emocional con el menor.
- El uso de la vivienda familiar y el reparto de bienes: Al igual que en los divorcios heterosexuales, las parejas homosexuales deben determinar quién permanecerá en la vivienda familiar y cómo se repartirán los bienes adquiridos durante el matrimonio.
- La pensión alimenticia y compensatoria: En caso de que uno de los cónyuges necesite apoyo financiero después del divorcio, se puede acordar el pago de una pensión alimenticia o compensatoria. La ley no establece diferencias en este aspecto en función de la orientación sexual de la pareja.
La liquidación de bienes gananciales: Si la pareja estaba casada bajo un régimen de bienes gananciales, se debe proceder a la liquidación de estos bienes de manera equitativa entre ambos cónyuges.
Divorcio y Parejas Homosexuales: Intervención Judicial y Equidad
En los casos en que las parejas no lleguen a un acuerdo amistoso, el juez intervendrá para determinar las medidas que regirán el divorcio. En este sentido, se buscará resolver las disputas de manera justa y equitativa para ambas partes, priorizando el bienestar de los menores, si los hay.
En la vía contenciosa, donde las partes no logran un acuerdo mutuo, cada cónyuge deberá tener su propio abogado, lo que puede complicar y encarecer el proceso en comparación con un divorcio de mutuo acuerdo.
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Proceso de Divorcio Homosexual en España. Conclusión
En resumen, la igualdad de derechos en el matrimonio se extiende también al proceso de divorcio en España. Tanto las parejas homosexuales como las heterosexuales tienen acceso a las mismas herramientas legales y deben cumplir con los mismos requisitos legales al disolver su matrimonio. En última instancia, lo más importante es asegurar que el proceso se lleve a cabo con equidad y respeto, priorizando el bienestar de todas las partes involucradas, especialmente de los hijos, en el caso de que los haya. La orientación sexual no debe ser un factor determinante en la resolución de conflictos legales relacionados con el matrimonio y el divorcio.
